Verdad

Vivo sosteniéndome en la mirada de otro. Lo que piensan de mí es como un bastón, sin el que me caigo. Así vivo colgada, pendiendo de un hilo que sostiene un "alguien", y la sensación de que lo puede soltar en cualquier momento... Me abandonaron y me abandono cada vez...


No quiero ser madre. Me niego, me niego, me niego. Sin embargo... Soy.
Algo que se aprende sobre la marcha, o no. No sé de qué depende hacer "lo mejor"... Tal vez la inteligencia sea determinante, o la capacidad de adaptación, o simplemente algo así como el sentido humanitario. No es algo que se me presente claro; de hecho no tengo idea de por qué, si no es un problema de amor ni de locura (si así fuera estaría todo explicado), no logro aceptar que soy madre, que ya no puedo ser niña, ni pensar solo en mí, ni salir cuando se me antoja la gana, ni viajar por el mundo sin recaudos, ni dormir todo el día, ni coger en cualquier parte de la casa, ni odiar a mi madre, ni dejar de amarla, ni darme baños prolongados, ni hacer fiestas en mi casa, ni tener muchos amores, ni hacer cosas sin pensar, ni matarme y punto...
No sé cómo carajo renunciar a mis ganas.
No sé como cambiar estas ganas por otras.
Mi vida es una gran Gana atrofiada.

Me siento desalmada.