Jan 31, 2007

Un Fénix de agua

Etapa ambigua, de constante companía y profunda soledad
soledad soledad soledad.... soledad.
culpa de poder y no ser
bronca de arrastrarme, siempre arrastrame
por las vidas ajenas, por la mía, por la que he creado.
Es ridículo pensar en morir y no en matar
a la animalada de la mente, bruta, bestia y puerca.
cosas bellas, árboles con frutas maduras y rechonchas que cuelgan,
violetas como las de Clarice en Amor.
Un parque mágico en el medio del camino
un sitio de gozo extremo sin remordimiento sin
el tapujo diario, infame, sudoroso y convulsivo.

Y los árboles cargados en el parque, con el ya nauseabundo dulce aroma de los frutos, el meloso gozo.
Asco
y luego el tortuoso lamento sin fin
no es asco es cagazo, cagazo enorme
gigante, colosal, de siempre, mío, vergonzante,
patético, LO ODIO, al miedo lo detesto.
al temor en filo y la vagancia
el peso del culo tal vez es el culpable de mi
estupidez del sentir
¿todo lo que siento primero lo pienso?
no estoy segura: puedo pensar coherente; no puedo sentir coherentemente.
Soy un poco estúpida cuando pienso en morirme y no me mato,
no por no matarme, sino por el pensamiento...
Daría cualquier cosa por olvidar lo que soy hoy,
daría lo que fuera por aceptar lo que hoy soy,
no daría nada por mí misma,
todos los días doy algo, no sé si para mí o
por quién. Es gracioso, lo más grande que doy es por una causa diminuta, por la pequeñez feliz que parí inconsciente.
Tal vez nunca sea feliz yo,
tal vez siempre sea feliz él.